Un hombre escoge el traje para disipar la imagen de que el kimono es caro y molesto. Otro tiene como objetivo revivir el estilo audaz y vistoso del que se disfrutaba hace más de 400 años.
No cambia para encajar: Una mujer elegante, con carácter y segura de sí misma, no permite que ese hombre la cambie, le diga cómo tiene que actuar, cómo debe de vestirse, cómo debe de hablar ...